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viernes, julio 24, 2009

La SAT y los trámites

En otra oportunidad, exprese y enumere parte de los requisitos que deben llenarse para hacer tramites ante la SAT, lo que es un verdadero calvario, independientemente de las filas que deben hacerse y el tiempo que se invierte, y para quienes estaban incrédulos sobre lo expresado en esa oportunidad, hoy traslado parte del comentario que hiciere hoy el Sr. Carol Zardetto columnista de diario El Periódico; lo cual viene a confirmar lo antes expresado.

La SAT es hostil

Cada formalismo es exigido de forma implacable.
Por: Carol Zardetto

Esta semana emprendí, sin demasiada angustia, la tarea de reponer una tarjeta de circulación ante las dependencias de la SAT. ¡Oh sorpresa! No sabía que caería en un terrible laberinto solamente comparable a las insoportables historias narradas por Kafka en sus obras El proceso o El castillo.

Para empezar, las colas que es preciso hacer para cada uno de los innumerables pasos del proceso son imponentes. En algunos casos, hubo hasta cien personas antes que yo. Luego, la información es bastante confusa, sobre todo considerando que cada paso mínimo está revestido de complicadas formalidades: si exigen fotocopia de una cédula, luego la rechazan porque no está completa, por ejemplo.

Aparte, cada trámite está plagado de “subtrámites”. Para reponer la tarjeta de circulación, por ejemplo, yo debo actualizar mis datos de identificación tributaria (NIT), no importando que mis datos no hayan cambiado. Así, miles de usuarios necesitados de diversos servicios deben pasar primero por la actualización de datos, lo cual eleva a números monstruosos las colas de gente y la aglomeración en las ventanillas.

Cuando uno finalmente está frente a un funcionario, lo más probable es que buscará la razón para rechazar el trámite: una firma que no se parece al original, la falta de la fotocopia del boleto de ornato, o cualquier otra cosa baladí, aunque no esté relacionada con el trámite principal. Cada formalismo es implacable.

Finalmente, los funcionarios no tienen respuestas que ofrecer para casos que se salen de la norma. Allí, las regulaciones son de efecto absoluto y si el ciudadano no puede llenar sus requerimientos está simplemente perdido, pues no habrá nadie con quien hablar que solucione los casos especiales.

En los últimos años hemos visto evolucionar muchas oficinas públicas que se han transformado en lugares donde se respeta al ciudadano, se le ayuda a resolver sus problemas y se le brinda comodidad para la realización de sus trámites.

La Superintendencia de Administración Tributaria no está lejos de este proceso. El resultado de realizar una gestión en sus dependencias es un amargo sabor y un inmenso deseo de no volver a regresar jamás por allí. Siendo una institución que depende de los contribuyentes de manera particularmente crucial, debería cambiar radicalmente su enfoque frente al público que atiende.
Para empezar, la información debe ser más clara. Luego, es imperativo suprimir muchos de los requisitos absurdos que hoy se constituyen en obstáculos para que los trámites sean expeditos.

Luego, eliminar trámites adicionales que solamente congestionan las colas. Finalmente, tener funcionarios encargados de resolver problemas a usurarios con necesidades especiales es un imperativo, pues ninguna institución pública puede dejar a un ciudadano sin respuesta frente al requerimiento de un servicio que es su obligación prestar.” Hasta aquí el comentario.

Aprovecho para recordarles a los contribuyentes llevar fotocopias de cédula, boleto de ornato entre otros.

La conclusión: Si SAT pretende obtener más ingresos de lo presupuestado, considero que debe dar todas las facilidades al contribuyente para que el trámite sea lo más rápido posible y todos estén contentos y satisfechos.

Para los contribuyentes que tienen multas pendientes de pago de acuerdo a declaraciones de funcionarios de la SAT, estas ya no serán un impedimento para que puedan hacer el pago.

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