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miércoles, febrero 11, 2009

Fraudes complejos y fraudes simples

Tal como me llego lo adjunto,  y como lo indica el título, para un fraude no hay tecnología que valga por muy a la vanguardia que esta se encuentre.  Sin embargo es importante resaltar que en este tipo de fraudes quien genera el error no son los sistemas, somos nosotros los Humanos por no confiar en los mismos y tomar las medidas precautorias del caso.
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Por ridículo o sencillas que a veces parezcan las cosas, debemos ponerle más atención si no queremos ser sorprendidos.
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“En un mundo donde se ha ido profesionalizado progresivamente el crimen, especialmente el que está relacionado con los delitos tecnológicos, somos muchos los que hacemos referencia a la complejidad creciente de la actividad delictiva, y a cómo se apoyan los delincuentes en la igualmente creciente sofisticación tecnológica.
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Sin embargo, en numerosas ocasiones los fraudes más efectivos son los más simples, y no necesitan de complejas organizaciones del crimen soportando sus actividades. Creo que a estas alturas no hace falta sacar a la palestra el timo de la estampita -(El timo de la estampita es una estafa tradicional, en la cual la víctima es abordada por un estafador con supuestas escasas facultades mentales (el tonto). El tonto lleva consigo un sobre lleno de billetes, a los que no da ninguna importancia, tratándolos como estampitas. Entonces entra en escena un segundo timador (el listo), que convence a la víctima para que juntos engañen al tonto ofreciéndole una pequeña cantidad de dinero por sus estampitas. Después de entregar el dinero, la víctima recibe el sobre, pero cuando lo abre, en lugar de encontrarse los billetes, encuentra recortes de papel, ya que han hecho el cambiazo de forma imperceptible para la víctima (requiere de una cierta habilidad). Para ese momento, los estafadores ya están demasiado lejos, y la víctima ha perdido su dinero.)-  para ejemplificar un caso de sencillez en la ejecución de un fraude. Con relación a esta simplicidad, Schneier comenta el último caso de lo que muchos considerarán inverosímil, pero que por desgracia, acaba aconteciendo. Tiene que ver con tarjetas, uno de los principales focos de fraude existentes en la actualidad.
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En este caso los atacantes se han valido de una tarjeta sin respaldo, es decir, no asociada a una cuenta de la que poder satisfacer débito ni crédito. Entran en una tienda, compran efectos por valor de 8000 dólares americanos, y cuando van a pagar, ante el más que previsible error del terminal punto de venta, le entregan al cajero un teléfono para que llame y verifique que la tarjeta está perfectamente respaldada. El cajero llama, un atacante coaligado con los compradores fraudulentos responde a la llamada y tranquiliza al cajero: la tarjeta está perfecta, no se preocupe. La transacción ha sido procesada correctamente. Incluso le dan un número de operación asociado al cargo. Acto seguido, los estafadores se van por la puerta con el género, y lógicamente, como podéis imaginar, mal lo tiene el comercio para no terminar asumiendo el fraude.
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Sencillo pero efectivo. Los fraudes son a veces tan simples como la propia naturaleza del engaño que los sustentan.
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Publicado por:  Sergio Hernando”
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La moraleja: no siempre debemos confiar de la primera información que nos brindan para corroborar datos, siempre debemos ser desconfiados y tener a la mano segundas opciones para no ser sorprendidos.

El timo de la estampita (conceptos y definiciones) fue incluido por mi persona, para ser mas comprensible la nota.

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